Michael Gruper, un alemán de 40 años, perdió su pene en un accidente de moto. Los doctores le implantaron un órgano sustituto utilizando una mezcla de piel, huesos y otros tejidos de su propio cuerpo. Al parecer, esta adquisición funcionó bien ya que pudo tener hijos con su esposa Bianca.
El problema es que Gruber no estaba enteramente satisfecho con su pene reconstituido y convenció a los médicos de que le hicieran uno mejor y se lo implantaran en lugar del otro. Antes de retirarle el que sería su segundo pene, debieron implantar el tercero al lado. De esta forma "el pene viejo quedó pegado al cuerpo hasta saber que el nuevo se adaptó al cuerpo y recibe una buena provisión de sangre", explicó el Dr. Dr Markus Kuentscher, cirujano del Hospital de Accidentes de Berlín.
Cuando el hombre le mostró a la mujer su doble aparto sexual ella se fue a la casa empacó sus cosas y lo abandonó.
Este caso fue difundido recientemente por la televisión alemana en un documental llamado "La última operación de pene". |