Un joven de quince años presentó una demanda judicial contra la escuela secundaria St. Charles de Chicago y contra el Distrito Escolar 303 por no haber hecho nada para detener la agresión de uno de sus compañeros que decidió castigarlo por el color de su camisa. Según su abogado, Patrick Rice, la demanda pretende recuperar los gastos médicos en los que incurrió su cliente y enviar un mensaje al sistema educativo de que las peleas no pueden ser toleradas.
"Estamos reclamando que cualquiera tiene derecho a vestir lo que guste y que la persecución por la ropa pudo estar de moda años atrás pero hoy en día es inexplicable", sostuvo Rice.
Ochenta estudiantes asistieron a clase luciendo camisas rosas como repudio contra la agresión de Patrick B. Pelkey, de dieciocho años, contra el menor. La causa sostiene que a pesar de la golpiza que perjudicó al adolescente en un ojo y que le fracturó un hueso de la cara las autoridades del colegio no hicieron nada.
Pelkey fue arrestado y salió bajo una fianza de 3.000 dólares. Enfrenta acusaciones por lesiones agravadas y daño físico masivo. |