Las ratones defectuosos se transformaron en un lucrativo negocio de varias compañías. Así, un ratón con artritis cotiza 200 dólares, pero un ratón "a medida" con una modificación genética a elección puede valer hasta 100.000 dólares.
¿Acaso algún padre pagaría esa cifra para complacer a su pervertido infante? Nada de eso: los clientes son los laboratorios, que de este modo ahorran pasos en sus investigaciones y puede reproducir de un modo fiel las investigaciones de sus colegas.
Con la manipulación apropiada -hecha por el hombre o por la naturaleza- un sistema de genes de ratón puede producir un animal con casi cualquier dolencia humana. Cada año se usan 25 millones de ratones en experimentos.
Los afortunados proveedores de ratones desafortunados son compañías como el laboratorio Jackson, que despacha 2 millones de parientes de Mickey por año; Deltagen, de San Carlos, California, que crea ratones sin un gen específico o Artemis Pharmaceuticals, de Colonia, Alemania, que ofrece insertar genes humanos en el código genético de un ratón. |
