Wendy Dershem acudió junto a su esposo, Jason Trotter, y a sus hijos Madison y Carter, de 7 y 5 años, al restaurante con tenedor libre Dragon House, de la ciudad norteamericana de Urbandale, abonando 5,95 dólares por cabeza.
Dershem declaró que los echaron y les advirtieron que ya no son bienvenidos. Y agregó "nosotros probamos mucha comida, pero el restaurante se promociona con la frase 'coma todo lo que pueda'. Por su parte, Kent Cao, propietario del local, afirmó que "ellos sólo mordieron un pedazo y tiraron el resto: tomaron cuatro rollos de huevo y un trozo de langosta, comieron un bocado y deshecharon el plato entero, eso es probar comida".
Ambos discuten: Dershem pagó por comida ilimitada, la coma o no, mientras que Cao dice que es desconsiderado echar a perder comida mientras existen niños hambrientos que no tienen qué comer. Bob Bramer, portavoz del colegio de abogados de Iowa, afirmó que "los negocios deben respetar sus ofertas, pero su implementación debe ser razonable: la gente no puede llenarse un plato sólo por el hecho de que no lo va a pagar". |