En el intento de obtener alimentos nutritivos para los astronautas, los científicos del Touro College de la ciudad de Nueva York, han desarrollado una tecnología que permite cultivar carne de pescado a partir de un grupo de células de tejidos musculares de varios animales o peces.
"Esto podría ahorrarnos los mataderos de animales" explica el líder del proyecto alimentario Morris Benjaminson, un bio-ingeniero y veterano de varios proyectos de la NASA relacionados con el reciclaje de materiales orgánicos en el espacio. Puntualmente, este descubrimiento es el resultado de la búsqueda de un método para que los astronautas pudieran acceder a alimentos frescos. Un ecosistema artificial capaz de viajar al espacio exterior se ha transformado entonces en una fuente continua de pescado fresco en una nave espacial.
Al concluir el experimento, los científicos sometieron los resultados a una prueba irrefutable: tomaron un filet de la granjita espacial, lo frieron en aceite de oliva, le agregaron ajo, limón y pimienta y se lo convidaron a sus colegas de otros departamentos. "Queríamos asegurarnos que el resultado fuera un producto perfectamente vendible en supermercados" explicaron.
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