Kraemer encontró la forma de traspasar la última frontera del patetismo. A los cuarenta y un años, un año después de su divorcio, intentó llenar los espacios vacíos de su existencia dibujando señoritas con un programa de computación. Uno de sus inventos es una joven -no muy atractiva- de unos veinticinco o treinta años de rasgos simples y expresión poco pretenciosa. Si bien no tomó ninguna persona "real" como modelo, poco a poco la mirada de esta chica, su expresión lozana e inocente lo fueron cautivando. Cuando estuvo perdidamente enamorado decidió llevar adelante una acción más incoherente que todas las anteriores. Decidió buscarla.
Para ello, publicó la foto en Internet debajo de un cartel que reza "¿Ha visto Ud. a esta chica?". Esta pregunta ha conmovido a algunos y ha despertado la ira de otros. "Vi algo en sus ojos" dice el enamorado "y ahora mi felicidad depende de encontrarla". Según explicó en una entrevista "un par de personas en Bosnia me escribieron diciendo que la conocen".
Pero no todas las cartas que recibe son tan amables ni esperanzadoras. Algunos le escriben aconsejándole que busque en el zoológico porque su amada parece un gorila. Otros le dicen que la conocían pero que se cayó en una picadora de carne de una carnicería industrial. Uno opinó: es Alfredito Neuman con peluca.
Lo mejor: algunas chicas le escriben diciendo que no se parecen en nada a la mujer de la foto, pero que querrían conocer a un hombre tan romántico y dulce como él. Suerte de perturbado. |