No se trata de un aviso de desodorante para hombres. Liew Thow Lin, de la localidad de Gunung Rapat, asegura que su magnetismo es real. Él ya había vivido circunstancias inexplicables, como un tenedor que se le quedó adherido (no clavado, claro está) y cosas así. Pero lo que le dio la pauta de su habilidad para atraer metales fue el testimonio de una familia taiwanesa. Al parecer, hace diez años, Lin leyó en una revista acerca de ellos y de los extraños fenómenos magnéticos que producían y empezó a ejercitar su talento.
Según explicó, después de ver el artículo, se colocó distintos objetos metálicos en el abdomen (incluyendo una plancha) y los muy traviesos omitían precipitarse en dirección al centro de la tierra, como indicaría la Ley de Gravedad.
Hasta aquí, podría ser simplemente el relato de un perturbado más, pero lo sorprendente es que probó sus habilidades frente a los médicos del hospital Tanjung Rambutan. Ante el estupor de los profesionales arrastró el automóvil con sólo acercarle la barriga. Según se informó, tres de sus hijos heredaron el don magnético. |
