Liu, un granjero chino de 45 años, usó un fuerte anestésico con la intención de dormir a un ciervo para serrucharle los cuernos. Éstos son muy utilizados en la medicina tradicional china. Accidentalmente se pichó y se echó una siesta de once horas.
Luego de administrar la inyección al primer ciervo "se pinchó la piel con la aguja y parte de la anestesia fue absorbida por su cuerpo", explicó su esposa. Segundos más tardes colapsaba contra el suelo. Fue trasladado por sus familiares y amigos al hospital zonal de Chongqing donde los doctores debieron comunicarse con veterinarios del zoológico de la ciudad para dar con un tratamiento adecuado, ya que no conocían la composición de ese anestésico.
Cuando despertó de sus once horas de sueño los médicos le explicaron a Liu que el químico era tan fuerte como para dormir a un elefante en menos de un minuto. |
