El courier internacional DHL, dedicada a envíos a todas partes del mundo, intentó destruir las pinturas del encumbrado artista japonés Nabuyoshi Araki cuando éstas debían ser entregadas, como parte central de una exhibición en una galería en Budapest.
Cuando la galería se contactó con DHL para conocer el motivo de la demora en la entrega de las obras, se enteró de que habían sido destinadas a su destrucción, ya que las tomaron por material pornográfico. Julia Szocs, directora del centro de exhibiciones, relató que le tomó tres días para persuadir a la rama húngara del courier de que entregara las pinturas.
Finalmente, los trabajadores de la galería debieron ir al aeropuerto de Budapest y retirar las obras ellos mismos. La pornografía integra el listado de elementos que los couriers prohíben despachar, junto con drogas, animales en extinción, sustancias químicas inestables, etc. |